COLABORACIONES CON REPOELAS
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ALBERTO
BLANCO |
Para Matemáticas
y Poesía es un gran honor poner parte de su espacio
virtual a disposición de aquellos poetas y poetisas
contemporáneos que lo deseen de tal modo que puedan
colocar, para deleite y satisfacción intelectual de
espíritus sensibles, algunos de sus poemas más
sentidos y representativos. Cedemos el espacio al poeta y
filósofo Alberto Blanco.
Alberto Blanco nació en 1951 y pasó los años
de su infancia y adolescencia en la ciudad de México.
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Se graduó con mención
honorífica en Ciencias Químicas por la Universidad
Ibero Americana y obtuvo también la licenciatura en
filosofía por la Universidad Nacional Autónoma
de México. Posteriormente, durante dos años,
asistió al Colegio de México para cursar estudios
de maestría en Estudios Orientales, especializándose
en el área de China.
Imagen
original tomada por la fotógrafa mexicana Lourdes Almeida
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Su primera publicación en una revista data del año
1970. Fue coeditor y diseñador de la revista de poesía
El Zaguán (1975-1977), y becario del Centro Mexicano
de Escritores (1977), del Instituto Nacional de Bellas Artes
(1980) y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (1990).
En 1991 recibió una beca Fulbright, para hacer una
residencia en la Universidad de California, Irvine; y en 1992
una beca de la Fundación Rockefeller. En 1994 Ingresó
en el Sistema Nacional de Creadores, del que también
ha sido jurado, y en 2005 obtuvo su reingreso al Sistema Nacional
de Creadores.
Ha sido invitado a participar en muchos de los más
importantes festivales de poesía del mundo, y ha ofrecido
múltiples cursos, talleres, lecturas y conferencias
en numerosas ciudades de América y Europa. |
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Ha impartido conferencias en más de veinte universidades
de Estados Unidos, así como en Francia, Canadá,
Alemania, España, Italia, Colombia, Irlanda, El Salvador,
Chile, Bélgica y Suecia.
Alberto Blanco es autor de una de las obras más extensas,
originales y variadas de la poesía actual en lengua española.
Entre sus libros de poesías, podemos cita, por ejemplo:
Giros de Faros, publicado en 1979; El
largo camino hacia ti, publicado en 1980; Antes
de Nacer, publicado en 1983; Tras el rayo,
publicado en 1985 y Canto a la sombra de los animales,
publicado en 1988 y realizado en colaboración con el
pintor Francisco Toledo. El corazón del instante,
publicado en 1998, es una agrupación de doce libros de
poemas escritos entre 1973 y 1993 que conforman un libro mayor.
Algunos matices de su pensamiento poético y filosófico
pueden extraerse de un fragmento inicial de una entrevista que
le fue realizada en San Diego, California, en 1998 por Kimberly
A. Eherenman:
¿Alberto,
para tí cuál es el propósito de la poesía?
¿Para qué sirve?
Hay muchas maneras de responder a esta pregunta. Sé
que tú la formulas con una intención distinta
a la que normalmente manifiestan aquellos que hacen esta pregunta.
Casi siempre cuando alguien hace esta pregunta lo que está
esperando es que la respuesta sea: “Para nada. La poesía
no sirve para nada”. Y, en cierto sentido, tienen razón.
Lo decía yo el otro día con palabras de W. H.
Auden: “Poetry makes nothing happen”. Pero allí
vemos, manifestado en la práctica, un ejemplo perfecto
de lo que puede ser y hacer la poesía. Allí
el lenguaje ya dio la vuelta. Y más que decir, “la
poesía no sirve para nada”, dice, “la poesía
sirve para nada, sirve para que nada suceda, hace que nada
suceda”. Y esa nada es importante. Si mal no recuerdo
en la lectura que hice en La Casa del Libro de San Diego empecé
citando a un maestro zen: Sawaki Roshi. Cuando le preguntaron:
“¿qué caso tiene la meditación?”
“Ninguno”, dijo. “La meditación es
inútil. Absolutamente inútil. No sirve para
nada. Pero si no haces eso que es perfectamente inútil
de todo corazón, entonces tu vida sí que será
perfectamente inútil.” Existe este tipo de paradoja.
Podríamos empezar contestando por allí. La poesía
sirve para darnos cuenta de que esta “nada” es
importante. En última instancia la poesía ofrece
una misteriosa recompensa. Y esa misteriosa recompensa consiste
en hacer poesía. Nada más. En el camino puede
servir para otras cosas. Puede servir para que no se nos olvide
que somos misterio; que hay un lado de sombra al que no le
podemos dar la espalda; que formamos parte de una red; para
echarnos luz sobre las posibilidades y los límites
del lenguaje; para “rectificar” el lenguaje, como
decían los antiguos poetas chinos; para orientarnos
(la poesía es una brújula) en medio del caos
generalizado; y para lograr tener más consciencia de
nuestros sueños y en nuestros sueños. “La
poesía es un sueño dirigido”, decía
Borges. Él lo decía de toda la literatura, pero
creo que es particularmente cierto en el caso de la poesía.
César Vallejo, que gustaba de ver y dar a ver “el
otro lado del lenguaje” (otra forma de hablar o de tratar
de definir a la poesía), decía: “Y mi
madre me puso el abrigo no porque fuera a nevar sino para
que nevara”.
Y ella tenía razón… ¡
Por supuesto! La poesía sirve para que todo eso que
te parece imposible, suceda.
Puede encontrarse más información sobre el poeta
y filósofo Alberto Blanco en la Wikipedia
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