Porque nunca pude
memorizar un poema,
escribo versos sobre el agua
para que el agua los cante
y en el viento se sequen…
y en el viento se olviden.
Porque nunca supe
ordenar las estrellas,
y a las constelaciones
cambié su nombradía
enciendo velas a lo largo del río
que desemboca confuso
en el corazón del hombre.
Porque nunca sabré
el amor que me tienes
ni el odio que a ratos
pone cerco
al espíritu en tránsito,
porque jamás entenderé
un solo porqué de la vida,
me dejo morir en un poema
escribiendo versos de agua
para que en el viento se sequen
para que en el viento resuciten.
(De Momentos literarios, 2012)