ÉL,
EN LA POESÍA CHILENA |
No sé si le importa
que estemos enterados que existe
o si será proceso por que habría creado
la función desarrollo.
Por la ascensión abrasada del volcán en erupción
Por los desencantos de la tierra que tiembla al acomodarse
Por el rescate cabizalto que asume el remolino de viento.
Por el légamo del Mapocho que amasija desechos para la
ciudad
Por la nostalgia que empuja a enraizarnos en paisajes recreados
o por el duro revés del mar que azota.
A Él y a todos los pudúes
En nombre de escondites subjetivos
y refugios oficiales
Chile no los puede catalogar
de imaginarios o performistas.
Los que creemos
que la cabeza de la gente no está en todo lugar
y la naturaleza en todas partes.
Los que proponemos
que no hay sobrenatural
y que existe la naturaleza desconocida.
Aseguramos que no fue Él
Responsable
de habernos negados tres veces un día once.
Aunque nada y todo es de Él
Con conciencia o sin ella
estamos tristes.
Hay vacío en nuestro espacio terrenal
En la flora y fauna que desaparecen
Como los recuerdos que se transplantan
sin juzgar los individuos que aplaudieron
el golpe de familias propietarias.
También de cadenas y valles vinosos.
Ellos
Que arrastran al Padre nuestro
Que se multiplican
si atrapamos peces en sus redes
y lanzan nuestras flores
a ríos desaparecidos de la historia.
y si Dios no existe.
Nada hemos perdido
De sensibilidad frente a la realidad
De solidaridad con la condición humana
De lucidez al afrontar fenómenos naturales.
Nada del respeto a la vida y la muerte.
Alguien se cansó de observar
De ocuparse de nosotros
y aparece o desaparece
por obra del hombre. |
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