Quizá
fuera el influjo de los rayos X
o la pulsación de un quasar invisible
que nos golpeaba de lleno
o la gravedad monstruosa
de alguna estrella oscura supermasiva
algo indetectable por nuestros sensores
pero no por nuestros sentidos
no importa mucho qué fuera
las alarmas
detectaron sobrecargas de energía
despertamos del letargo criogénico
y allí estaban
todos los mundos posibles
allí, delante, de repente
el vacío
se agrietaba ante nosotros
una herida que se abría en el espacio
y dentro, Dios mío, dentro
estaba toda nuestra vida
todos los momentos
risas
besos
derrotas
funerales
infinidad de existencias paralelas
lo que hubiera pasado de haber cambiado esto
de no haber hecho eso
de no haber roto aquello
que tanto amabas
entonces te vi en el exterior
flotando hacia la grieta
entrando en ella
saliendo acaso de nuevo hacia mí
y todo fue
un fogonazo súbito de luz radiaoctiva
las alarmas se pararon
la realidad
había vuelto a su cauce
y yo no sabía, ni sé
cuál de aquellas vidas era la mía
ni si tú estabas en ella
ni si nos queríamos como yo quería quererte
ni por qué soy esta anomalía en concreto
y no cualquier otra.