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poema de  Carolina Pinedo del Olmo

LO INCIERTO




¿Quién emerge entre esta áspera
Austeridad?
Aparta el velo del sueño
y descubre el tornasol entre nubes.

Llego a final de largo camino
que tejí a tientas
con temeros pasos.
Ahora que arribo,
miro con nostalgia
las huellas derramadas,
que se posaron entre hoja,
copo,
lluvia,
flor y espiga.

Contemplo mis rasguños,
que hablan de resurrecciones
y no sé quién renació.
Continúo con nueva piel
y restos de naufragio entre las uñas.

Dudo en desandar mis pasos
frente al temblor
del inicio del nuevo sendero.
me estremezco entre mi rastro
y el recién nacido caminar.

¿A dónde me dirijo?
Atisbo,
vulnerable,
lo incierto que me aguarda,
mientras acaricio la herida
de blanca sangre
que me conmovió.

Emprendo otro tramo de la vida
vestida con cicatrices
desde el encuentro de extraño confín
entre lo muerto y lo vivo.
Me guía un impulso ciego
envuelto en polvo de ceniza
hacia un nuevo latido
de ingenuo brote tierno,
y avanzo.

ENCUENTRO DE CICATRICES

 
Nuestras cicatrices se reconocieron,
conversaron;
se superpusieron
en un mapa
de ruta espejo.
Compartieron nombres y mirada
dolor,
sudor y poro,
herida
y sangre ya silenciosa.

Nuestras cicatrices
se fundieron en un beso;
en un grito,
enredadas,
sedientas del alimento
de la misma huella.
Se abrazaron
en plácida tormenta
para susurrarse
los mismos secretos
sobre diferente piel.

Nuestras cicatrices nunca se olvidaron,
tan solo caminaron separadas
entre las estrellas
hasta su inevitable cruce de caminos
en perfectas coordenadas

 

LA ORFANDAD

 
Hoy me sentí más huérfana que nunca.
Vestí la piel
de esa inhóspita orfandad,
que me halló vulnerable,
desarmada.

Cesó la luz
del que un día fue mi hogar.
Vagabunda,
recorro mis entresijos
para reanidarme.

Sé que ya solo encontraré mi nido
entre el tejido de mi ramaje.
busco la calidez perdida,
que me destierra
y me deja hambrienta,
con frío
y sed.

Me derramo en mi guarida,
abrazada por hostil desconsuelo
e hiberno entre los escombros
del que, quizás, nunca fue mi hogar.
Sin patria
ni raíz
dibujo con mis alas
el virgen sendero
de mi nuevo rumbo.
Me adopto
entre el caos de la áspera orfandad
que hoy llamó a mi puerta
y dijo mi nombre.

 

Poema seleccionado por la periodista, escritora y poeta © Carolina Pinedo del Olmo, para su publicación en la revista mis Repoelas:



Lo incierto


La plenitud del vacío


 
 


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras