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Aunque
me haya parecido siempre lo contrario en realidad jamás
he caminado solo porque mi sombra me acompaña siempre
a todas partes hasta en los días más nublados
hasta en la oscuridad de la noche más negra ella me
guarda me orienta abriéndome camino a través
de la jauría escucho sus palabras que suben por mi
garganta con ecos de sulfuro atravesando las galerías
más profundas que se esconden en mi interior que ni
siquiera yo conozco donde solamente hay frío, salitre
y silencio pero es su voz un aliento ácido un vaho
de aguardiente y bilis con olor a tabaco como la risa de un
viejo loco borracho que se mea en las puertas de las iglesias
duerme en los nichos de los cementerios y sólo sabe
decir verdades sin mirar a quién hiere porque no le
importa porque no hace daño la voz de la conciencia
más que un azadón abriendo fosas nuevas a las
que nadie pondrá lápida mi sombra es gabardina
que me envuelve y me protege de otras sombras porque soy solamente
suyo nadie más tiene derecho a castigarme nadie más
puede pisarme y golpearme sólo ella nadie más
tiene derecho a maltratarme y ella no consentirá que
nada me haga daño porque soy suyo y de nadie más
y son mías las piernas que la mueven por el mundo míos
los brazos que blanden navajas y destapan botellas de alcohol
para saciarla y a cambio ella me revela los entresijos de
la especie humana me advierte sobre sonrisas que cortan como
cuchillas guiños cómplices que en realidad son
mal de ojo y besos que absorben el alma para después
escupirla al suelo con desprecio ten cuidado -me aconseja-
con los que dicen que saben lo que te conviene si no han perdido
al menos un ojo por tu culpa ni te han visto vomitar por las
esquinas no cojas el billete que hay en medio de la calle
no mires atrás cuando te pidan que te quedes no des
de comer a cuervos que no te hayan velado mientras delirabas
sobre el cabecero de tu cama hazme caso sólo yo estaré
contigo cuando todo arda y yo sé que mi sombra nunca
beberá mi esencia del todo porque necesita de la luz
para ser sombra para sentir como palpita dentro de su propia
substancia y mientras ella viva vivirán mi culpa y
mi conciencia clamando por un plato de comida y un refugio
donde pueda descansar a salvo la esperanza. |