De todos los caminos, elegiste el más largo
y no existe forma de cancelar el vuelo.
El duelo es un desabrigo,
de una foto, no desentierra abrazos.
El mientras tanto es un puente oscuro
y una hoja en blanco el porvenir.
El reloj encalló en algún sitio de la noche,
nuestro amor,
se extravió en el tiempo.
La vida nos arrebató el libro de nuestra historia,
pero en la memoria guardo el manuscrito.
Otro verano se arroja al abismo de pasado
y marzo, devastado,
se ahoga en helados resplandores.
Temporada alta de nostalgia,
la ciudad es un jardín de ánimos marchitos
y recuerdos indelebles.
Avanzo,
pero me sostiene la ilusión tan grande
de saber que un día volveré a verte,
y que juntos
venceremos al olvido.