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                    pronto, se adentró en el iris una niebla densa. 
                  Venía-me dijeron- de la cerviz de Breogán, 
                  había traspasado la noche de Bretaña 
                  Y me buscaba a mí -alma nocturna-  
                  que al andar se amplía como una candela 
                  hermana de la luna, prima de la mañana. 
                  En los Castros de los Celtas la niebla se disipa 
                   
                  y yo me siento sangre de su sangre . 
                  Guerrera libertaria luchando con armas de papel 
                  contra todos los demonios invasores. 
                  Una cometa...Una cometa de luz y de colores, 
                  que juega con la niebla cotidiana. 
                   
                  
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