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                Siempre lindo y 
                    bueno, 
                    comprensivo y atento, 
                    amor nos diste, 
                    siempre que pudiste. 
                     
                    Tu misión en la tierra 
                    la supiste realizar 
                    pero dios, al cielo, 
                    te tuvo que llamar. 
                     
                    Aunque nos dejaste solos, 
                    solo será en cuerpo, 
                    porque en alma y corazón, 
                    siempre te llevaremos. 
                     
                    Mi querido padre, 
                    tu partida fue muy fea, 
                    pero estoy segura, 
                    que dios te recompensaría. 
                     
                    Cada que te queremos ver, 
                    o platicar o abrazar, 
                    solo al cielo  
                    debemos mirar, 
                     
                    Pues en la mas grande 
                    y brillante estrella, 
                    ahí habitas ya, 
                    Y nosotros nunca te dejaremos de amar. 
                    
                   
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