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Se detuvo el viento,
entre los cantos
de tu garganta,
llenando de aromas,
de lima y naranja.
Fueron el sol y la luna,
ambrientos de fortuna.
de días dulces,
y doradas noches,
borrachos de derroches.
Son callados momentos,
dónde tu y yo,
somos amantes,
y viajeros.
Es la preñada noche,
que tapa la luz,
entre las zarzas
y los nardos.
Solo somos,
tú y yo,
entregando
nuestra alma,
bajo la calima,
perdidos en la vida.
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