¡Al caer el sol,
se verán las madrugadas,
torre de arcillas en torres tempranas.
Soy de seda y agua,
pétalos de largos dedos
y faldas de algas.
Te observo,
con mis cristalinas pupilas
verdes saladas.
Al caer el sol,
te acogeré en las suaves sedas de mis entrañas,
desnudos entre los azules vestidos tempranos,
caerá tu torre de arcilla, porque eres arena pesada.
Te observaré,
como cada mañana,
con mis cristalinas pupilas
verdes saladas.