Que
no te falten razones para agradecer,
Para dejar de quejarte y maldecir y comenzar a sonreír,
Que no te falten razones para creer,
para volar con o sin alas, y aunque te caigas, volverte
a levantar,
Que no te falten razones para secar tus lágrimas
amargas y que broten las dulces, las de felicidad,
Y que tu rostro se convierta en fuente visible de la amistad,
Que no te falten razones para compartir el pan,
Para, aun en la pobreza, tender una mano a ese que te mira
desde su humildad,
Que no te falten razones para perdonar, primero a ti mismo,
después a los demás,
Y para mantenerte alejado de la tentación de la maldad,
Que no te falten razones para quedarte en silencio y escuchar
a la vida cantar,
Para visualizar en tu mente lo que en el cielo se acaba
de declarar,
Que no te falten razones para decorar un alma con una sonrisa
de sinceridad,
Con un mirada dulce, y una palabra honesta que aunque duela
será de verdad,
Que no te falten razones para comenzar a vivir en comunidad,
Contigo mismo en tu hermosura para derrotar de a poco al
lado oscuro que a veces te domina,
Que no te falten razones, para siempre recordar,
Para que aquellos que se fueron un día no sean olvidados,
Y trasciendan mas allá de lo normal,
Que no te falten razones para ponerte a pensar,
Para descubrir que hay otros a quienes puedes ayudar,
Y que no te afecte el egoísmo, ni la falta de humildad,
Que sean eliminadas la envidia y la falsa amistad,
Y renazca del Maestro, un vaso nuevo, perfumado en humanidad,
Que no te falten razones para usar tu risa como remedio
ante toda enfermedad,
De que la alegría aun en la desesperanza tome las
riendas de esta realidad,
Y de tu alma crezcan ganas, de escribir, de reír
y soñar...
Un día casi se me acaban las razones de seguir el
camino que en este mundo se me había de encomendar
andar,
Pero dos ojitos marrones no me dejaban de mirar,
Y de decirme con la mirada,
Mami!!! Que no te falten razones,
Porque yo no te dejaré de amar...