A veces un poema zumba y agita sus alas
cual insecto en vuelo,
se posiciona en mi mente,
antesala de mi sueño diurno,
y no permite que me duerma.

Mis instintos de cazador,
con su mágica red invisible,
siente las vibraciones, su provocación.

Lo veo coquetear conmigo,
moviendo sus coloridas alas en acto perfecto
que me incita más, apropiarme de él.

Se pasea alrededor
sin prisa esperando mi respuesta.
Observo la plasticidad de sus alas,
el detalle de su forma,
el ritmo de su aleteo.
Pienso, "mi sueño o su captura";
quisiera dejarlo libre,
que vuele hermoso y seductor.

En cambio, decido atraparlo
convertirlo en algo mío,
majestuoso y eterno.