Déjame decirte las cosas 
                    que yo siento, 
                    cuando juntos 
                    nos entregamos al amor. 
                    Dicen que se sienten 
                      mariposas en la panza, 
                      yo siento mil cosquillas 
                      despertando mis deseos. 
                    Mi piel se vuelve eléctrica 
                      al rozarse con la tuya, 
                      saltan chispas que iluminan, 
                      hasta encendernos de fuego. 
                    Mi cuerpo responde 
                      al llamado de tu desnudez, 
                      se vuelve abrigo 
                      al pegarse al deseo de tu piel. 
                    La mente no responde, 
                      se vuelve tonta, 
                      palpitando a ritmo desenfrenado 
                      por tanto derroche de caricias. 
                    Siento que mis venas se deshacen 
                      por el río ardiente
                      que corre acelerado, 
                      buscando escapar hacia ti. 
                    Cuando no hay espacio entre los dos, 
                      siento que exploto 
                      y me arrastras al infierno 
                      donde ardemos abrazados. 
                    Húmedos los cuerpos,
                      aromados de pasión, 
                      me conduces hasta el cielo, 
                      donde todo vuelve a comenzar