La luz eléctrica en las calles
Guarda a estas horas un presagio
Un miedo indefinido y líquido
En su temblor metálico de cuchillas
En los bloques de edificios altos
Apilados de existencias huecas
Deshechas redes
soledades
En las aristas curvas del infortunio
Y todo es rutinariamente extraño
Sin quererlo
El temor de estar viviendo
Con la esperanza insomne
De tentar la suerte
En los excesos
Y sentir asco
Ser violento
Cuando es imposible parar y se ha puesto
El pie en la rampa
que da al abismo
Y no queda dignidad que perder
Desnudo y sentado
En la cama
Qué poca cosa queda
Apenas el olor a sudor
La fetidez del vómito
Sin recordar el nombre
Las agujas que atraviesan tibias
Y este dolor de cabeza
Como un martillo que
Revienta el paladar desde dentro y oprime
Los oídos con latidos roncos
La carcoma que va abriendo
Túneles con pared de estaño
Para grabar un epitafio
O galerías de sereno espanto
Como piedra en lago de lodo
El vello que se eriza
Y el pensamiento
Forma un bucle
El pensamiento
Forma un bucle
Como un salmo o letanía
La noria que repite
nada nada
nada
Como nana sorda
para un niño muerto
Y el cuerpo se contrae en la náusea
Y el alma
Qué si no dolor y fuga
Y el engaño
Y no hay manta ahora
Que consuele el frío
De la fiebre
El accidente
La broma macabra
La gran putada
De haber nacido