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Mi voz, poema de Mercedes Salvador

MI VOZ


Quiero entender lo que callo,

que a nadie explico

y por lo que vibro.

Si pudiera darle un color

a mi voz,

ésta sería púrpura,

naranja, violeta

o colorada.

Porque mi voz tiene color,

aunque nadie lo sepa.

Mi voz tiene sabor

y tiene su propio aroma a melón

y a Mediterráneo.

Le gusta bailar

y contornearse

al ritmo de una música

imaginaria

y moverse allí,

donde hay espacio.

Mi voz vive

en un cuadro de Matisse,

se comunica contigo

por entre los espacios de cada figura.

Mi voz,

maltratada y huidiza,

es una voz que defiende sus ideas

y contempla la luna llena.

Es una voz sincera,

que te arrulla cuando duermes,

pero a veces se esconde

y no quiere salir.

Ha visto la muerte,

ha convivido con la enfermedad

y se ha destrozado las amígdalas

tratando de hacerse oír.


Pero mi voz es

luchadora y fuerte,

alta como la que más.

Unos creen

que es un hombre escondido

en el cuerpo de una mujer,

otros no saben qué pensar.

Pero ella vibra

en la misma sintonía

de quienes quieren oírla

y llora cuando es de noche.

Mi voz es única,

indefensa,tozuda,

tiene todo lo que quiere,

pero no lo sabe

y a veces

piensa

que tendría que ser diferente.

Mi voz habita

en la tierra de un pintor,

en la misma Europa en que mi abuela

descubrió su propio sentido

de la belleza.

Mi voz es un rayo de sol

que desea ser querido

aunque no pienses como él.

Mi voz no pide,

Implora.

No llora o va de luto.

aunque a veces se balancea en su propio murmullo.

Mi voz lucha por contar una historia,

una historia que tiene mucho que ver

con mi vida.

con mi sabiduría.

Es la historia de mi historia,

es el inicio de mi esencia,

es, es, es…

Para ser sinceros,

una parte de mí quiere contártela

y otra parte se resiste.

pues no encuentra el traje adecuado para relatar un cuento que no agradará a todos, ni la fórmula para penetrar en tu piel.

Entonces Recuerdo a mi abuela cuando me dijo

– sé tú misma aunque nadie entienda

lo que estás diciendo

y no sepan de qué estás hablando,

es la medida de que vas bien encaminada

porque es un camino solitario-.

Pero mi voz tiene miedo

de salpicarse de salitre

cuando el mar se vuelve bravo. (Olé, muy bueno)

¿Qué hace a una voz honesta?

- le pregunto a la mía.

Decir lo que piensa. – responde perpleja.

¿Y cómo sabes lo que piensas? -vuelvo a preguntar.

Escríbelo y sabrás.


Poema de Mercedes Salvador para la revista mis Repoelas:
Mi voz

 
 


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras