UN PEDACITO DE CIELO |
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Allí, en ese receptáculo de terciopelo rojo
enfundado en seda blanca, guardo la gotita de amor que a tu
modo me entregaste. No tiene valor sino a través de
la acción, más debo ocultarla pues si me la
arrebatan, se secarían mis ojos por la pérdida
irremediable. |
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El mundo
está sediento de sales, quieren beberla toda, a raudales,
de los mares, de tus ojos, de los míos, hay sed de
dolor y amor, hay deseos de despojo.
No será mi gotita de amor la que bebas, cruel humanidad…tal
vez te sirvan mis lágrimas ¡Llévatelas,
yo no las quiero más! Si es que todavía me quedan…
Voy a guardar el cofrecito de rojo terciopelo en los confines
de mi corazón…no será mancillada mi gotita
de amor…si el amor me negaste, hoy me lo entregaste
cubierto de seda blanca y así ha de perdurar por los
siglos de los siglos. No importa que ya no esté, que
mis huesos no se articulen, que mis músculos se debiliten,
que mi carne se pudra…la gotita de amor vivirá
eternamente en su cofrecito de terciopelo rojo tan suave como
tus manos cuando las mías rozaron al momento de entregármelo…hace
ya un lustro desde entonces y los brillantes siguen destellando
la fragancia de tu alma… |
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