Si yo abrazara
primero la hierba,
más allá de las heladas madrugadas
mi polvo cubrirá la tierra
bajo el denso silencio de un cielo distinto. No habrá
cenizas detrás de la memoria,
sólo palabras moldeadas de arcilla,
secretos vírgenes que esculpen el amor.
Arrancaste de mi los versos más amantes,
lágrimas que se abrirán al tiempo
como una palabra rota en el susurro del mar.
Oscuras serán las mañanas encarceladas,
tristes sin el reflejo del agua de tus ojos.
De los latidos de mis cenizas
brotarán los más bellos poemas.
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