Quiero pensar
que el infinito es curvo,
que si por él camino
volveré yo a encontrarte,
que el hueco de mi mano
es todo un cosmos,
que nacen del dolor los múltiples instantes.
Voy a saber
si es brillante la Nada,
si traspasa tu esencia
el núcleo del espacio;
Palpar entre mis dedos
la pulpa del vacío que irradia la energía
y estalla en un deseo;
Sentir el contrapeso de la esfera
que libera un suspiro
como un péndulo ingrávido.
Quiero seguir
andando entre estos ejes
que enlazan mil senderos
hasta formar con su color
la rosa de los vientos,
y así llegar
de nuevo al Punto Cero,
aquél en que tocamos nuestras manos. . . . |