¿Será
la distancia
que agranda los silencios?, ¿Será que mi luna
amarilla
ya no te alcanza?,
o quizás la rutina
te ha ganado espacio,
y sientes que tus horas
deben estar en otro lado.
Espacio que se estira,
lento y meditabundo,
por no entender lo que pasa
allí en tu centro.
Cerraste la ventana
y me quede esperando,
por si tu mirada acaso
volvía a visitarme,
más pasa la noche oscura,
solitaria y lerda,
y caen rodando las lágrimas
como estrellas suicidas,
anunciando el filo
de esta madrugada fría
que acuchillará las palabras
que anudan la garganta
dejando la poesía y la mano vacía |