Al crepúsculo
del Mediterraneo,
turquesa recapacitación de antigua vida,
devolverle el cálido coral del cielo
para oscurecer la misma y volverla onírica.
Ambos estados siempre me atraparon.
Recogiendo por el camino
tanto una amapola, semidesnuda en su rojez,
como a la orquídea de rango elegante
en cada una me reconoceré
(fácil es enamorarse de alguna faceta de todo ser).
En plumas o corazones
que en el poder de la alquimia
amo sin querer
queriendo amar sin dejar de ser
me gustan las contradicciones. |