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No es lo mismo
Que escupir
En la cara de Dios.
Mientras bajas
Por la escalera
Y lentamente
Te sumerges
En la aparente inconsciencia
De tu jardín privado;
Mientras bajas
Por la escalera
Y lentamente aparece
El fantasma de nuestro abrazo,
Y tú ya no estás,
Pero la casa huele a ti
Y me delatan sus paredes,
Veo, por un momento,
La cara loca de Dios,
La misericordia de Dios,
Perdonando a este pobre diablo.
No es como un escupitajo,
Es tu temblor de manos
Cuando disparo mi voz
En tu piel, baño mi boca
En tu miel,
Y casi se diría
Que no puedes soportarlo.
Eso no es escupir
En la cara de Dios.
En la noche iconoclasta
Todos los gatos son pardos,
Qué fácil sería
Pasar la noche al raso.
Nosotros, sin embargo,
Hemos creado una cara
A Dios y Dios es grato.
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