ALICIA CELADA
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NIÑO,
HOMBRE, MACHO |
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Mi niño clama, y yo proveo
la tibia leche, y el blanco pecho.
Si el niño llora yo lo consuelo
besos de madre, cuentos de abuelos
y muchas nanas para sus sueños.
Mi hombre me mima y yo me dejo
madeja al cuerpo, ovillo al pecho.
Mi macho pide y yo obedezco
hincada al piso, atada al techo.
Yo soy su hembra de todo ángulo
para su antojo y sus pecados
yo soy su niña en todo encuadre
muy entregada a sus cuidados
con mis caprichos tan custodiados.
El es completo, niño, hombre, macho
integro en todo como demando.
El me deleita con sus lamidas
y yo me siento muy corrompida
estando junto todo se esfuma
todas las penas, las amargura
y sólo queda la blanca luna
que se avergüenza de las lujurias.
El paraíso, se precipita,
sobre los cuerpos que se humanizan y se animalan.
Toda la tierra se ruboriza,
se escandaliza, mientras un hombre y una mujer,
se entregan todo en el momento de la pasión.
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