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Mis dedos lloran
al compás de las letras,
sienten el dolor en cada esquina,
en el silencio ensangrentado
que se quedó tendido en el suelo.
Mi cuerpo tirita ,
desnudo de frío
ante la inocencia
que sólo quería pasear sus ojos
en las calles,
Vivir momentos,
ensanchar el corazón
con imágenes bellas,
que para siempre
se quedaron aplastadas como losas
en sus retinas
Mis manos se abrazan al infinito
pidiendo clemencia,
recogen en las venas
las lágrimas de las almas
que vagan en cualquier lado,
buscando un sitio
que aún no les pertenecía.
Sus sueños vuelan,
se abrazan en el reflejo
del espejo
que se rompió en mil pedazos.
Por todos los que fueron asesinados
cruelmente.
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