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Desde el instante
que te conocí,
con la fuerza del torbellino
y locomotor remolino.
Se levanta cual ola de mar,
con estallido y frenesí.
Amo la luz de tus ojos,
reflejan paz bella constante
acompañan mi peregrinar,
de terrícola caminante
con dolor, espinas y abrojos.
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