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Caminemos juntos y en paz, hermano,
ya no quiero más odio ni venganza,
que anhelo desesperado tu mano
para estar unidos en la esperanza.
Que no quisimos venir a nacer
tras las crueles lindes de las fronteras,
no cerremos ternuras ni querer,
ni hagamos guerra, envueltos en banderas.
Que no importa la raza o la nación
ni ser del norte, del sur o del llano,
de sangre roja es todo corazón,
y alma de Dios es todo ser humano.
¡Fundamos armas, forjemos arados!,
hijos somos de la tierra y el llanto,
de la luna blanca y los verdes prados,
de mares azules y amor callado.
Las lágrimas perlando están los campos
y en las gargantas, sollozos amargos.
¡No!.., ¡no desesperes!.., que ya te alcanzo,
para darte mi mano y mil abrazos.
Palomas de paz volarán soñando,
cruzando la noche fría del páramo,
y un nuevo sol nos estará esperando.
Mientras.., deja que te diga: te amo.
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