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Al cielo le pido,
que no falte,
en mi acción de gracias,
el olíbano puro
y mi ofrenda de grano,
en mis peticiones a Dios.
Se que en ese días todos,
harán su sacrificio de labios,
dándote mi HACEDOR,
el tributo debido,
porque toda la creación, se una,
para declarar tus maravillosas obras.
O hay alguien,
que pueda dudar de tu poder,
como hiciste al lucero mayor,
o como el alba nació,
o como las montañas,
abrieron la tierra para ver el día?
Que tengo yo que hacer,
para que oigas mi voz,
que trémula y confusa,
llora de emoción,
porque mi hijo, partió
y me rompió el corazón?.
A ti, te ofrezco mi triste sacrificio,
aunque no por eso olvido,
la grandeza de tu amor,
dándonos a tu único HIJO,
para nuestra salvación,
después de sufrir, tanto dolor.
Eres tu YAVÉ, la roca,
la piedra angular de todo ser,
la excelencia de tu creación,
la tierra entera lo proclama
y la mar también,
y encima, recibimos tu bondad fiel.
Tus ángeles aplaudieron,
al contemplar tu grandiosa creación,
pues quedaron atónitos,
cuando vieron tu infinita arquitectura,
y a tus matemáticas en plena acción.
Yo me pongo nerviosa por mis cuitas,
y a la vez te pido perdón,
pues tu me repites,
que no me inquiete por cosa alguna,
y que en mi acción de gracias,
te ruegue por mi salvación.
En mi mesa, te espero,
perdona mi error,
habrá majares de grano
y olíbano del mejor,
y como tus ángeles te dicen:
Toda la sabiduría, honra y poder,
sean para ti mi Dios. ¡AMEN! |