Me tengo que acordar de cuatro o cinco
cosas que me decía mi maestro.
Aplíquese usté a sabio y no a cabestro
y póngase a estudiar con más ahínco.
¿Quién me mandaba a mí pegar el brinco
de hacer soneto a diestro y a siniestro?
Con hinco, ¿qué hago yo?, ¿el ornitorrinco?
Y en esto, ¿saco el plectro de mi electro?
Le pasa por subirse al Himalaya
sin sherpa y buen zurrón de consonantes
delante, que es quedar gallo sin gaya.
Lebrato, ya le he dicho que se aplique:
sin que la muerte pique, mucho antes
se imaginó los ríos y él, Manrique.