El uno juega al dos y el dos, al uno.
La banca siempre gana y tiene un tres.
La clave es ir de mano o al revés
plantarse, y que haya suerte y que ninguno
después se marque un as inoportuno
que rompa la baraja. Esa es la ley.
Sobre los cuatro reyes iba el rey
de bodas con parejas, viejo y tuno:
–Veréis. Haceos trampa, haceos sabios
en iros de farol, y que el tapete
sea leve, como está de ochos y sietes
que han ido echando los mayores.
Bastos en flor. Espadas como labios.
Las copas, copas. Y que el oro os dore.