Dichoso aquel al que la vida en estreno
estrictamente privado da una última
película que dilata para el mito
el número contado de sus días
Cráneo privilegiado si en bandeja
o nitrato de plata su retina retiene
contra el frío esa fruición veloz
de ver el que, ya octavo, velo, vela
lo macabro de las danzas de la muerte