Me
refugio en el puerto,
unto con brea traviesas y cuadernas,
remiendo velas,
limpio sentinas, vacío las bodegas,
refuerzo el mástil,
pinto la quilla y largo las banderas.
Engraso bielas y afino los sextantes,
consulto mapas y atisbo las estrellas,
todo está a punto, el trapo pide guerra
crujen los palos, la madre mar me espera.
Se enciende el alba y Eolo desespera
y yo dormito fundido en la litera,
no tengo fuerzas, ni ganas ni bemoles
soy prisionero de miedos y quimeras.
Y pasan días y meses y estaciones
mientras me arrugo sumido en la tristeza,
mientras mi nave se pudre en la ensenada
y el corazón se desguaza en tus arenas.