Cuento mis días por los libros
que no he escrito, las mañanas de derrota,
los paraísos siempre artificiales.
Voy calmando mi sed de plenitud
acrecentando mi sed de vanidad:
vivir un día más
para tener un cigarrillo menos.
Vamos. Date prisa. Te espero
para subirnos a la monotonía.
I
En una sonrisa
cabe un mundo de infidelidades:
esta es la mía.