Muchacha, todo tiempo se hace arena.
Igual que en el reloj su gota a gota
taladra la conciencia y nos azota
con esa fuerza extraña que condena.
No sé si fuiste mala o fuiste buena,
si tienes toda entera el alma rota,
si libre estás del llanto, o si te brota
del rostro cuando nieva o cuando truena.
Yo no quise olvidar lo que he olvidado
pero el tiempo es de arena y se desploma
dibujando un desierto en el pasado.
Aquel cuerpo de Cristo de tu aroma
aunque a veces parezca que se asoma,
se encuentra bajo el viento sepultado
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