Hoy quiere mi dolor que yo le escriba
un réquiem, un bolero, una sonata,
que toque con arpegios de oro y plata
las notas de un amor a la deriva.
Una rapsodia gris, donde describa
la vida del que trágico se mata
y canta en el balcón su serenata
nocturna, muerte abajo y muerte arriba.
Hoy quiere a su favor las musicales
palabras de una fuga en armonía,
preludio de conciertos funerales.
Mi llanto en su mojada letanía
silente, con sus lágrimas corales,
brindando está al dolor su sinfonía. |