FUERZA BRUTA |
Fue
un fugitivo huido de su patria, hasta que ya no pudo con sus
huesos, y tuvo que confesar ruborizado el porqué de
que ninguno lo quisiera en su casa.
Ya sus fuerzas flaqueaban, y es que en ese lecho tan desconocido
para él, tendría que dejar colgadas las medallas
que en su uniforme tanto tiempo le costó reunir.
Lejos de su patria, lejos de su combate y lejos de su bandera,
se sentiría sin rumbo, en una diáspora que al
final de su vida le haría sentir el hombre más
insignificante del universo
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Se dio cuenta de todo lo que le faltaba, habiendo quitado
tantas cosas a quienes lo necesitaban, y de que ahora se sentía
ridículo con sólo una mano atrás y otra
delante, sin nada que pudiera conseguir por la fuerza bruta.
Antes, él era el que dictaba como se deberían
hacer las cosas, pero ya sus palabras habían perdido
carisma y altivez al haber cambiado de idioma y de acento.
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No
era nadie ahora, sólo un payaso decrépito, al
que la nostalgia hacía recordar los mismos días
de los que previamente se enorgulleció, y ahora en
cambio, quiere olvidar para que nadie le pueda juzgar por
ello. |
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