Las lágrimas hablan en silencio
ellas dicen cuando un corazón está sangrando,
cuando un alma se ha roto
y cuando la vida necesita un descanso.
Durante mucho tiempo, paseé un sueño
abracé sus ilusiones y vibré con su deseo
pero la realidad me hizo mirar atrás
y recordar quién soy de verdad.
Nada, es mi seña de identidad
cero, el ojo de mi huracán
todo, lo que tú me das
calma, pura necesidad.
Toma, lee mi mano
en ella llevo escrito el pasado más odiado
en mi sangre, el tiempo mientras lo diluye
en mi corazón, el pálpito de un llanto que
fluye
y la derrota, en el suspiro más acongojado.
En mi pecho llevo marcado el recuerdo
de aquella caricia que al sentirla estremece
que aún vigilo como cofre del tesoro
mientras en el cielo, la luna crece.
En mi mente está grabado el adiós
del aroma evaporado de una flor
las crueles sentencias sin juicios
y el sonido arrogante de una voz.
Es una batalla ingrata
una partitura mojada
una lágrima confundida con la lluvia
una huida hacia la sombra.
Nada, es la mirada perdida
cero, mi fe quebrada
todo, por una sonrisa
calma, la suerte está echada
