Antes de que nos vayamos, dejemos los cielos
que lloren
todo lo necesario, para limpiar la ruta y colgar el arco iris.
Septiembre ha preparado ya su dádiva y mira hacia atrás
el cerezo en flor, disfrutando su perfume.
Antes de que nos vayamos, dibujemos con la lengua
en el paladar
la forma de la cruz y dejemos que la tierra lleve lo que le
pertenece.
Miremos todo esto con la justa distancia para entender la
rueda,
su movimiento y la historia y luego descansar felices.
Antes de que nos vayamos, hagamos luz y gloria
de nuestro nombre.
|