RAPSODIA
DE LO OSCURO OFRECIENTE
Fragmento II |
|
Antes de anochecer
—quieto tu cuerpo—
no sé qué paloma inacabada
punza mi piel con asedio sensitivo.
En la estancia inaplazada
se abalanza el oro fugitivo del reloj
que da la última hora: exacta cadena
de sesenta minutos negros
entre el ayer truncado
y el mañana predicho.
El mobiliario de puertas inconclusas
guarda los planisferios
que me conducen a ti, así lejana.
(El contorno de tu respiración azul
hiere la delgadez del espacio).
Al fondo, luz, suma dimensión,
total entrega.
Es el deseo de vuelta de otra vez
como las nubes innumeradas
sobre el torso azul de los caminos;
esas nubes (asimetrías obsesivas
del agua neutra; exangües pecios
de un gran naufragio),
que nos traen perdidas canciones de niño
en mil tardes inacabadas.
Coronada de rútilos incendios
en mí vienes como cayendo en no sentir,
mas, sólo me ofreces esta escritura dígita
de espejeante vaciedad,
de palabras temiblemente sordas,
que hoy mis manos ofician,
pues no tengo de qué vivir
a tu través anonadado.
Tú me inventas, te rehaces en mí.
Yo te nombro, excediéndome,
o aún mejor, me conformo
con acicalar tus mil colores abolidos,
de donde ya sólo me queda oír
el ruido de la sangre en la hierba
como un gran alboroto de pájaros;
ver pasar las nubes, el tránsito
de las nubes —culmen de mil rostros—,
con efímera ceremoniosidad;
ya sólo morir despacio
con la sensación implacable
de haber perdido algo para siempre:
una sombra de mí mismo,
un estridor súbito de ala sin pájaro,
que, como el borrador total tal del universo,
finca el cerco del molde que todo lo contiene. |
|
|
Selección de poemas de © Antonio
José Trigo, cedidos por deferencia del autor,de sus
poemarios "Esquema
para una decoración del agua", y
"Rapsodia
de lo oscuro ofreciente" para la revista
mis Repoelas:
Fragmento II
Fragmento III
|
|
|