ESQUEMA
PARA UNA DECORACIÓN DEL AGUA
Fragmento IV |
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El agua cubre de ciegos centinelas
los inciertos caminos hace mucho tiempo
deshabitados, y enseña cómo se van los hombres
como quien teme a la noche de ojos de fuego
con cierto aire de rehén de la ceniza.
Por eso el río, que está en la fuente,
sin embargo, continúa, pese a las lóbregas
breñas,
con la misma exacta mansedumbre
con que el hombre, que no es más que agua
y aflicción de agua, desciende,
con su vocación de ciervo acosado,
a confundirse con el objeto de su áspero oleaje,
en esa transparencia amanecida
donde se acomodan los frutos del relámpago
como en muro de piedra se acomoda al águila
estructurando su imagen para el vuelo.
¿No es justamente pasar del hueco helado
por donde se fuga lo perpetuo?
Si esto es así, ¡no puede ser de otra manera!,
¿por qué los peces no cercenan el agua
como la carcoma en los muebles?
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Selección de poemas de © Antonio
José Trigo, cedidos por deferencia del autor,de sus
poemarios "Esquema
para una decoración del agua", y
"Rapsodia
de lo oscuro ofreciente" para la revista
mis Repoelas:
Fragmento I
Fragmento IV
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