ESQUEMA
PARA UNA DECORACIÓN DEL AGUA
Fragmento III |
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El agua no nació para el quietismo,
rotando en el azogue su elipse mínima
como un relámpago de aguas juntas.
Efímero es su símbolo aciago:
agua que busca la joya del agua
entre mil soles despedazados.
Tan solo después, llena los desiertos
con sus rotundas consunciones,
turba el viento oscuro que mueve
las sombras de la hierba y vuelve,
desbandada, al seno de la luna
donde, para cumplir un último destino,
deposita su arcón de secretas agonías.
Ningún río persiste y, sin embargo,
todos son (incluso aquellos ríos ciegos
y desordenados que no encuentran el mar
donde consumir su nostalgia, que vuelan
en nube cuanto se niegan en cauce;
aquellos ríos inválidos que callan
una canción de campos sin trigos,
de tierra rasgada para ser agradecida).
Aun así, todos los ríos son el mismo río
que se afana en seguir la línea horizontal
que dibuja una mano incógnita, insosegable,
a que está condenado por su origen
de nieve perpetua, de igual modo que todos
los trigales son un mismo trigal enardecido
que anhela ser una miga de pan amasada
por unas manos sedientas de harina y agua.
Pero hay un río en el río que es el río
de todo.
Con la arcilla que memórase en sus márgenes
talla para mi sed de todos los caminos
–ya que muero de agua–
la lividez anónima de un esbelto cántaro
que pueda colmar el fuego de la vida.
Agua sin latido, sin onda, sin orilla.
Agua y, sin más, fuego, que torna
a su quietud, saliendo de su agua
como del molde justo del agua primera.
Fuego libre de pájaros que se revuelca
entre el horizonte incapaz de regir
su impaciente manubrio, y la luna
que ahorma el sonante golpeo
del puñal de plata de un viento convocado.
¿Cómo, entonces, del agua negar la corriente
o pasar sin quedar en clara luz serena,
cuando el agua guarda la desazón de los pueblos
y devora el surco manumiso que la nutre?
Si sólo queda la forma de su incendio frío,
mejor dejarla así, sin que la turbe nada.
Después de todo, antes del agua que llamamos
sin voces laceradas que la digan,
existió el rumor que nos nombra
en curvas de gozos temporales.
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Selección de poemas de © Antonio
José Trigo, cedidos por deferencia del autor,de sus
poemarios "Esquema
para una decoración del agua", y
"Rapsodia
de lo oscuro ofreciente" para la revista
mis Repoelas:
Fragmento I
Fragmento VII
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