El paso de
los años tiene su gracia.
Siempre tentado
por la divina naturaleza de las formas.
Las miradas extraviadas de los miopes.
En algún momento
te he visto tan cerca.
Ahora lejano,
inventado recuerdo
de una noche fría.
Cada una de mis historias es un instante deseado,
tan distante
como los cumpleaños de mi niñez.
Espadas de plástico,
flan con galletas
y ese no saber muy bien qué ocurría.
El buen vino
me alivia
tanto o más que un buen orgasmo.
(Que sea Rivera del Duero... a lo Biedma)
Amores románticos
de película en blanco y negro. Interminable.
Del amor
al odio intransigente de las ciudades.
Deseo olvidar mis sueños.
Escribir este cuaderno verde donde la pornografía
es un vicio oculto en las rodillas de los indolentes.
La belleza de los cuerpos es el mágico encuentro
de lo impredecible. No está cosificado
en el poliedro del canibalismo.
La realidad no huye.
No me rindo,
corro sobre los escalofríos de los mentirosos.
¿Has encendido hoy el televisor?
Yo
no.
(Gracias a Dios)
Es un don que he descubierto.
Me estoy enfrentando conmigo mismo para que tú me
mates.