Quisiera
que aquel primer
día
del mes de los muertos
se repitiera siempre
en mi biografía.
Siempre
para volver a la misma mesa.
Me he dado cuenta
que paseo
sobre la planta de una mano boca arriba.
Los surcos de tiempo
me acercan
serios
al umbral de la eterna mirada.
Encerrado en su corazón
me alimento
de páginas blancas
de pan
y de palabras.
“Primavera
en noviembre”, Zaragoza 2014. Prólogo
de Domingo Buesa Conde. Ilustraciones de Rubén del
Pino.