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Esa luna, versada
por poetas,
la pisaron las botas del empeño,
realizando con ello el viejo sueño
e iniciando el camino a los planetas.
Mas vomitan las negras metralletas
proyectiles de trágico diseño;
la paloma con lágrimas de ensueño
va volando a regiones más discretas.
Son banales los logros y el reposo,
sometidos al burdo consumismo,
adictivo, pedante, caprichoso…
Se durmieron las flores y el lirismo
en el lecho de moda venenoso,
decorado con falso inconformismo.
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