Creo que no me has visto
pero me encuentro aquí
bajo un cerezo y su ilusoria nieve.
Y en la sombra
puedo mirarte y soñarte y ver cómo
ahora te acercas despacio a la orilla
y dibujas estrellas en el agua.
Sonríes a las niñas y se te ve feliz.
Y te diviertes bajo los manzanos
con juegos que escondías detrás del horizonte
mientras te arroja al ensueño una flor
que nació para ser sostenida en tu mano.
Sin embargo mis dedos acarician
un vacío infinito e irreparable
así que me levanto
antes de que en la hierba
florezcan alfileres a partir de mis lágrimas.
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