A los seis años empezó a ir a la escuela
hasta finalizar sus estudios primarios . Y al cumplir los
dieciséis años se marchó con su familia
a Madrid, donde vivió hasta 1979 que se casó
y se trasladó a vivir al vecino pueblo de Coslada
donde reside en la actualidad.
Su verdadera e íntima vocación es la poesía.
publicó su primer libro Seis
mujeres en mi mente donde su poesía
rendía tributo al amor.
Continuando con mis
florecillas publica Sentimientos
de un poeta y canto a Extremadura donde
se centra especialmente en la tierra que le vio nacer. los
dos libros siguientes En
la piel de la mirada y Los
olmos en el aire el poeta cambia totalmente
su manera de pensar y nos hablar de la pobreza y las injusticias
del mundo y nos hace llorar con versos dedicados a la muerte
de su padre. en su séptima obra No
tireis bombas al alba nos deleita con
poesías desgarradoras en contra de las injusticias
del mundo y hace tributo especial a su virgencita de Belén.
en la siguiente publicación No
trabajes pobre podemos ver a un poeta
mucho más maduro y más sentimental. este cambio
da paso al siguiente libro Agila
p'alantre un libro totalmente escrito
en un extremeño tan castizo y particular, recordando
a su tierra extremadura tan presente en todas sus poesías.
más recientemente salen a la luz obras como Soy
de unas tierras muy pardas, Niños en las calles hombres
sin hogar y Poeta
del alba donde nos desvela ese modo
tan llano y personal de entender la poesía. en su
siguiente obra hay que repartir el pan nos hace una reflexión
sobre la solidaridad humana. más tarde publica Yo
soy aquel "chiriveje" donde
profundiza el lenguaje extremeño y su niñez.
mas tarde el poeta nos vuelve a sorprender volviendo a los
orígenes de sus primeros libros con Coplas
de amor para ti donde vuelve abrir
su corazón al amor.
por ultimo publica Hambre,miseria
y cadenas donde nos vuelve a sorprender
hablando de las desigualdades, injusticias y de su impotencia
ante las cosas malas que pasan en el mundo actual. lo pueden
contactar en facebook.
Otros poemas de Miguel Sánchez Murillo: Hambre
tiene el mundo