Hoy has llegado
                      mientras leo un poema. 
                      Como sueles hacerlo, 
                      sin pedir permiso
                      ni previo aviso. 
                      Las hojas del árbol
                      que se asoman a mi ventana
                      bailan en un movimiento
                      acompasado por el viento. 
                      Dejo el libro
                      y me sumerjo
                      en tu mundo, 
                      libre, desnudo. 
                      Cuando llegas, 
                      el tiempo 
                      no es una medida
                      de futuro. 
                      Es una balanza
                      del pasado. 
                      Hoy has llegado
                      justo cuando 
                      las hojas
                      bailaban
                      con el
                      viento.