Siento
la ternura inundar mis poros,
la orfandad de tu piel que me gangrena,
el apagón de mis ojos sin tus ojos,
la escarcha que en mis labios se congela.
Quiero beber tu savia,
respirar tu aliento,
estrechar tu cuerpo junto al mío
formando un solo cuerpo.
Quiero sentir tus manos en mi pelo,
mi rostro entre tus senos,
escuchar tu corazón y el mío
elevar el vuelo al infinito.
Pero hoy me conformo
con estrechar tus manos,
con besarte los ojos tan amados,
con navegar al pairo de tus aguas
y despertar en el nido de tus brazos.
Hoy solo quiero fondear tu arena,
desarbolar mi mástil en tu delta
y dejarme envolver por las espumas
de tu cálida y suave madreperla.