Me
entrego a la noche flotando entre las olas,
cierro los ojos y dejo que la espuma me acaricie,
que la resaca me empuje mar adentro,
que las algas acaricien mi vientre con manos de sirena.
Agoté las reservas,
mis brazos y mis piernas se crisparon
en un ictus profundo
y mi cuerpo se diluyó en las aguas del útero
infinito.
Las estrellas me guiñan sus piropos
y desnudo ante los ojos de Selene
descargo mi orgásmico suspiro
de anhelos y recuerdos,
mientras Venus renace entre las olas
brindándome sus senos.
Pero busco tu abrazo
y solo encuentro las rocas de la ausencia,
mi pecho se desangra
y el corazón se desgarra entre la peñas
Me alejé de tu playa
y troqué tus arenas por amarres
y ahora, al pairo de los vientos,
escupo los aceites de sus aguas,
el humo de sus yates,
el rugido infernal de sus motores
mientras busco tu cálido refugio
donde el cielo y la mar unen sus almas.