“Pan
de Mía”: Este podría ser el diario de
un tiempo complicado y extraño provocado por la situación
actual del COVID 19, pero es más bien una amplia y
profunda crónica de una realidad poética, como
testigo fiel del momento histórico que nos ha tocado
vivir y que la poeta, con gran maestría y sensibilidad,
ha logrado plasmar con la intensidad de la experiencia, como
si lo hubiéramos vivido juntos. Con gran altura va
resaltando la fuerte necesidad del otro y la angustiosa soledad
impuesta, para darnos cuenta, al fin y al cabo, de lo frágiles
y vulnerables que somos como seres humanos.
La “Arquera” observa. El virus está ahí
fuera, pero no se muestra. La poeta ha logrado captar el momento
y el instante es poema exquisito y es infinito.
Un libro precioso, un soplo de esperanza como una ofrenda
para sobrevivir a todo, aun cuando el aire esté enrarecido
y no podamos vernos ni abrazarnos.
Y digo esperanzador porque al final la poeta dice victoriosa:
“tú te has ido, yo resurjo de tu caos.”
Después de leer “Pan de Mía” seguramente
habremos resurgido como el ave fénix, de nuestras cenizas.
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Y agrega,
el tiempo pasará y libros como este permanecerán.
Como bien dice el poeta y Académico de las Buenas Letras
de Granada, Pedro Enríquez, en la Introducción
del libro:
“Cuando
mañana, pasado el tiempo, podamos volver la mirada
atrás, al hoy, a este hoy aún confuso, quedará
el testimonio del poeta, el testimonio personal compartido
de Ivonne, Pan de Mía, pan nuestro de cada día,
y la palabra Dios, la oración en la esperanza.”
No es un libro de ficción, es realidad, son circunstancias
vividas, reconocibles por todos, casi compartidas, el distanciamiento
familiar, la preocupación por el trabajo, las tiendas
vacías, las noticias donde el miedo es protagonista,
como factor desencadenante de temores que enferman y la preocupación
crece ante la incertidumbre del día a día…y
cómo enfrentar la soledad, cómo habituarnos
a la nueva cotidianeidad, cómo reorganizar los espacios
y compartir vida con el otro sin abrumarnos, cómo mantener
el equilibrio, la armonía y la paz del hogar, como
superar los miedos ante lo desconocido y la falta de calor
humano que nos deshumaniza.
Tan necesarias son las palabras del poeta, y qué desesperación
si no podemos encontrar la palabra para escribir, ¡para
comunicar! Me pregunto, ¿Podremos cumplir con nuestra
misión de historiadores del tiempo que nos toca vivir?
Como poeta, Ivonne Sánchez es conocedora de su misión
en la tierra y cumple con creces haciendo un ejercicio de
entrega generosa, acercándonos sus poemas y epístolas
con las manos llenas de esperanza.
Con libros como este el futuro pierde oscuridad. Con un manejo
magistral de la palabra y en un juego de palabras desde el
título mismo, este libro nos ayuda a situarnos desnudos
ante la más dura realidad: somos más vulnerables
de lo que creíamos.
Porque este libro es como el pan, derramado en la mesa, no
es un lujo, pero es tan necesario como respirar.
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