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poema de  Manuel del Pino

CARLOS III EN EL MUNDO ENTERO




Carlos III de Inglaterra firmaba su coronación.
El tintero estorbaba en la mesa demasiado pequeña.
Le dio un manotazo al tintero y salió volando.
Aterrizó sobre el rostro estirado del altivo ujier.
Le puso perdido de tinta negra. El ujier aguantó la ira.
La pluma de Carlos rebosaba tinta. La sacudió fuerte.
“¡Se pone uno perdido, es odioso, siempre igual!”
La tinta salpicó todo el modelito de Camila.
“¡Yo sí que te voy a dar tinta, niño malcriado!”.
Camila persiguió a bolsazos a Carlos por el palacio.

LA CORONACIÓN, ¡QUÉ ILUSIÓN!

 

Carlos III esperaba su coronación en Westminster.
Con cara de palo, pensaba: “Esto es molestísimo”.
A su lado, un gaitero tocó empezando la coronación.
Carlos brincó asustado, por el estruendo de la gaita.
Varios chambelanes trajeron la Piedra del Destino.
Tropezaron, la gran piedra cayó sobre el pie de Carlos.
“¡AYYYY! ¿Por qué no me dejan todos en paz?”
Le pusieron la pesada corona y la capa de rey.
Rodó la corona de su cabeza, alguien la cogió al vuelo.
“¡Pero si es el Emérito de España! ¿Quién le invitó?”

 

LITO EN EL BAMBUDHA

 

El Bambudha era el mejor pub de la ciudad.
Lito fue a ligar, a beber y a robar carteras.
Le entró al mejor pibón de todo el Bambudha.
Se llevó un gran tortazo en la cara. ¡PLAFFF!
“¡Lota, no te había conocido! ¿Qué haces aquí?”
Lota no quería que Lito le pisase el territorio.
Le sujetó y le tiró por encima de la barra.
Lito aterrizó en el estante de las botellas. ¡CRASH!
Se produjo un estruendo enorme, un cortocircuito.
La gente corría, el pub ardió y… ¡Adiós Bambudha!

 

Poema seleccionado por el escritor y poeta © Manuel del Pino, para su publicación en la revista mis Repoelas:



El emérito tiene mérito


La feria de Sevilla es una maravilla


Carlos III en el mundo entero


¡Feliz día de la madre!


Okupas de aúpa


 
 


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras